Lo que aprendimos en más de un año viajando

Cuando llevábamos unos tres meses viajando escribí un post con las 10 cosas que habíamos aprendido. Y es que dicen que en 90 días consolidas un hábito nuevo o asimilas modelos de vida. Para nosotros fue tiempo más que suficiente para notar unos cambios abismales en muchos aspectos de nuestras vidas. Cierto es que en esos tres meses atravesamos Rusia donde prácticamente nadie hablaba inglés y éramos los únicos turistas. Descubrimos el desierto del Gobi y el nomadismo en estado puro. Disfrutamos de Beijing con cielos azules y su lado más tradicional perfectamente integrado con el desarrollo y estuvimos un mes en Nepal recorriendo el cielo del mundo con muy poquito oxígeno. Te recomiendo que lo leas antes de leer este porque se complementan y notarás tras leer ambos como el tiempo hace que uno estructure, refexione y llegue a otro nivel de entendimiento y aprendizaje. Ese post lo escribí en Koh Lanta, Tailandia y este lo escribí a cachitos entre bus y bus mientras recorríamos los kilómetros de la Patagonia. Lo he acabado desde el confort de estar en casa y escribir me ayuda a ser consciente de todo lo que hemos logrado. Me hace sentirme aún más afortunada, emocionada y motivada para afrontar nuevas aventuras. No creo que haga falta viajar un año para darse cuenta de estas cosas, cada uno las encuentra o mejor dicho, se da cuenta, a su manera.

  1. El Bagaje cultural

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Cada uno sabe que es de su padre y de su madre, obviamente. A lo que me refiero es que no siempre somos conscientes de lo que uno trae de casa y de su país. Gran parte de los filtros y las respuestas automáticas que conforman nuestras reacciones vienen de allí y pocas veces te das cuenta de ello. A nivel personal el viaje nos ha permitido aprender mucho sobre cómo funcionamos y hemos reprogramado en ciertos aspectos muchas cosas que de no ser por el viaje y su efecto olla a presión nunca hubiésemos ni siquiera reparado.

Durante el viaje también hemos sentido no solo el bagaje que traemos de casa y que hemos tenido que equilibrar entre los dos sino que hemos sido capaces de ir más allá y sentir verdaderamente el bagaje cultural que llevamos.

La sensación de estar lejos de casa o cerca se basaba principalmente en cómo de similar esa cultura era a la nuestra. Cómo percibimos el mundo, cómo lo moldeamos y lo que damos por sentado. De este modo al llegar a Argentina sentimos que estábamos más cerca de casa que nunca antes y en Mongolia era evidente que estábamos muy muy lejos. Dejando los Kilómetros de lado: la gente, la comida, las conversaciones y en general el funcionamiento de un área o país nos acercaban más o nos alejaban más de casa. Y esa sensación fue extraña a la vez que reconfortante. Aprendimos mucho de nuestra propia cultura por comparación a otras y aprendimos a ser “casa” el uno para el otro a pesar de las diferencias del bagaje que traemos.

2. Reprogramar el cerebro

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Creo que todos en algún momento u otro nos hemos topado con alguna idea no convencional que nos ha hecho cambiar de opinión sobre algún tema. Es más normalmente uno tiene unas ideas muy específicas sobre todo hasta que le toca vivirlo y entonces es cuando empezamos a ver que hay otras variables que considerar e incluso muchas veces nos damos cuenta que lo que pensábamos estaba completamente errado.

Durante el viaje hemos pasado por el proceso de reprogramar el cerebro varías veces y no solo en cuestión de ideas y puntos de vista sino de la forma más mecánica posible.

En nuestros años de existencia hemos dominado el arte de ir al baño, como todos,  y es noción básica para nosotros que va todo dentro del vater y desaparece cuando tiras de la cisterna.

Pues en la gran mayoría de países el papel no se tira en el baño sino en una basura. Muy simple pero lo que cuesta desprogramar al cerebro para que lo haga. Conseguimos reprogramarlo tras meses atravesando Sudamerica y nos habituamos a que los papeles van en la basura. Todo controlado ya ni lo teníamos que pensar había sido integrado y de pronto tras 3 meses dominando el arte de cada cosa en su compartimento, de repente un día no hay basura. ¡Y te quedas con cara de póker! ¿Cómo que no hay basura?…..¿ y ahora qué ? Miras a tu alrededor y no hay señal ninguna de que no se pueda tirar nada dentro de inodoro y entonces tiras el papel dentro y tiras de la cisterna. Incrédulo como si no hubieses pasado tus últimos 28 años tirando el papel dentro.

Y así fue como fuimos conscientes de cómo desprogramamos- aprendimos una nueva técnica- y volvimos a desporgramar la nueva técnica para volver al origen. Aprender- desaprender-volver a aprender ha sido el pan de cada día, con las cosas más simples y con las cosas más complicadas.

3. Prioridades

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Todos tenemos prioridades, y según que país más diversas y más similares a las de uno. Todo tiene gran sentido en la mente de cada uno y poco o mucho en la de los otros dependiendo de lo sintonizado que este con la visión propia. El concepto de desarrollo, de comodidades e incluso de condiciones básicas cambia tanto según con quién hables.

En Estados Unidos el trabajo y el estatus laboral lo es prácticamente todo ya que define quién eres, qué vida llevas y los beneficios de los cuáles gozas. Basta entablar conversación con cualquier estadounidense para que te des cuenta que a la mínima oportunidad y normalemente unos 10 minutos después de conocerte sale la pregunta

“ what do you do, what’s your work? “

Sin embargo en Nepal el sentido de comunidad y cómo contribuyes al todo define quién eres, qué vida llevas y los beneficios de los cuáles gozas. No hubo nadie allí que nos preguntase cuál era nuestro trabajo. Preguntaron por familia, preguntaron por costumbres.

Nos preguntaron muchísimas veces cómo decidimos viajar tanto, cómo lo habíamos hecho y para nosotros en todo momento ha sido una respuesta muy fácil. Ya que simplemente teníamos que cantarles nuestra prioridades: “ la vida que llevábamos no nos permitía pasar todo el tiempo que queríamos juntos, no nos permitía conocer lugares nuevos siempre que nos apeteciese, así que decidimos crear la vida acorde a nosotros: buscamos un trabajo que se pudiese hacer en remoto, hicimos las mochilas y nos fuimos de viaje juntos sabiendo que más o menos queríamos estar un año fuera!”

A veces hacemos más difíciles las cosas de lo que son y sin duda el viaje nos ha reforzado las prioridades y nos ha hecho diferenciar mucho entre lo urgente y lo importante.

El siguiente Vídeo de Ricardo Darin nos encanta dónde explica porqué rechazó un trabajo con Hollywood. A partir del minuto 1.50 es increíble. Después a a partir del minuto 3.50 también es extraordinario.

4. El tiempo

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Hemos aprendido que el tiempo lo controlamos nosotros, mientras más haces más memorias crearás dándote la sensación que un día puede durar una semana y que un año puede convertirse en mil años. Ningún día ha sido igual al anterior, eso cansa pero llena de energía, abre el abanico de posibilidades y así juegas con la noción del tiempo. Lo hablamos mucho, hemos dejado de ir en piloto automático porque todo es diferente, todo es nuevo y hay que estar alerta o llamémoslo simplemente estar presente. Así que el tiempo se ha multiplicado y elongado en este último año hasta el punto en que no somos conscientes de que ha pasado ese tiempo. Los años que teníamos trabajo tradicional y vivíamos en Lisboa se regían por las estaciones, las celebraciones y el curso. Los años eran todos iguales y cada vez pasaban más rápido. Uno tenía una noción de lo que suponía un año. Este año han sido 12 meses pero han parecido el equivalente a 5 años.

5. Aprender

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Historia, geografía, cultura, economía…..cada país con su moneda, con sus nombres, con sus costumbres, con su comida y con su sistema. Creo que no hay mejor forma de aprender que viajando. Moverte por el territorio, buscarte la vida, aprenderte los nombres y el cambio de divisa! Sin duda la tecnología ha jugado un papel primordial en facilitarnos mucho las tareas pero no ha habido mejor clase de geografía, historia, cultura, política y economía que haber dado la vuelta al mundo! De pronto sin esfuerzo ninguno te sabes las montañas, los ríos, los pueblos, el cambio, la moneda, las tradiciones y la comida típica de 22 países!

Me recordó a la película slum dog millionaire dónde el Chico se sabe las respuestas por vivencias inconexas a lo largo de su vida. Sé con certeza que hay cosas que hemos aprendido de las que aún no somos conscientes y que irán saltando de vez en cuando. Probablemente como con todo: cuando menos lo esperemos y más lo necesitemos.

Probablemente entre todo lo aprendido hay un caso muy curioso y es que en plena visita a un museo aprendimos que La Paz, no es realmente la capital de Bolivia sino Sucre. Para mi fue cómo si me dijesen ahora que las plantas no respiran CO2, se me rompieron todos los esquemas.

6. El valor absoluto del presente

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Hemos aprendido que Lo que haces y cómo lo haces determina todo lo que sigue. No hay mayor poder que el de Vencer la pereza y poner un pie detrás del otro. Te lleva a sitios, te lleva a hacer cosas y mientras más haces más ganas de hacer otras cosas. Estar en movimiento, y ojo, no digo que tengas que recorrer muchos km, simplemente hacer cosas, estar en movimiento crea ideas, crea oportunidades, crea recuerdos que de haberte quedado en casa te habrías perdido. La vida es un rato. Todos tenemos la capacidad de poner un pie delante del otro para movernos, para activarnos, para estar en movimiento y así cambiar, añadir y ganar en experiencias, en conocimiento y en relaciones. Si algo hemos aprendido muy requetebién es que lo mejor de todo está del otro lado de la pereza y de las excusas. El mejor día en Tailandia vino tras confiar en el chico que comió a nuestro lado y vencer la pereza de madrugar. La mejor tarde en un barco por el delta de Buenos Aires surgió tras vencer el impulso de “debería quedarme y adelantar trabajo”.

7. El humor

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Repito punto y concepto porque esto es probablemente lo más importante del mundo. Hemos aprendido y corroborado mil veces que es posiblemente el arma más efectiva del mundo contra cualquier cosa. Consigue darle la vuelta a la tortilla a toda situación e incluso sacar sonrisas cuando la positividad está a años luz. Compartir las 24 horas del día durante más de un año es algo que le pasa a muy poca gente. Es más probablemente haya parejas que lleven juntas decadas y que por trabajo y demás no hayan estado tan juntas nunca. La complicidad que ese escenario crea es asombrosa pero obviamente ha habido momentos de discusiones, de tensión y de algún que otro enfado. Porque somos personas diferentes y porque cuando el hambre, el cansancio y el sueño aprietan es muy fácil perder la paciencia, la comprensión y la educación. Dicen que dónde hay confianza da asco, pues donde hay humor hay siempre una puerta de salida bien grande y con trompetas.

En nuestro lenguaje particular hemos integrado ciertas frases, extractos de canciones e incluso fotos que con humor consiguen transmitir lo que queremos decir sin ofender. Cuando alguno está siendo un auténtico cara de culo, esta foto es suficiente para sonreír. Cuando nos ponemos caprichosos y queremos hacer las cosas de una determinada forma porque sí, nos decimos: lo voy a hacer a mi fucking manera! Asumiendo la testarudez e indicando claramente que no hay otra manera. Cuando no me apetece hacer lo que Ze propone le digo: no way José! con acento inglés que nos hace sonreír aunque estemos en desacuerdo.

Cuando no entendemos al otro tiramos de la frase que un francés le soltó a Ze cuando le hablo en inglés! “yo no hablo inglés, amigo!” Nos ayuda a interrumpir el problema y volver a empezar.

Ze tiene un álbum de fotos específico con todas las fotos en las que salgo con cara rara. Es más en muchas de ellas ha hecho zoom y recortado para que solamente esté mi cara. Los ataques de risa que nos han entrado viendo ese álbum no tienen precio.

Hemos aprendido a reirnos de nosotros mismos, a encontrar puntos de humor en común y sobretodo a reirnos de las cosas pequeñas para poder reirnos de las cosas más serias.

Poco a poco hemos aprendido lo que nos funciona y gracias a que el humor existe reconducimos las situaciones más rápido.

8. El ambiente

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La altura, la humedad, la sequedad, si hay agua o no, si hay árboles o no…..si dormimos bien o comemos, o bebemos determina todo lo que nos sucede ese día. Creo que nunca antes habíamos sido tan conscientes de lo que nos afecta el ambiente en el que estemos. Tanto físicamente como emocionalmente. Nos condiciona tanto que es importante ser conscientes de ello para poder tomar decisiones más acertadas y que nos mantengan en equilibrio. Hemos aprendido que las grandes ciudades nos abruman por ello intentamos pasar el mínimo de días en ellas. La altura en temporadas prolongadas nos va causando mella por lo que también intentamos no estar más de un mes por encima de los 2000m. El mar a los dos nos hace bien, aunque solo sea verlo, así que intentamos estar cerca. Hemos aprendido a pararnos a pensar en lo que nos rodea para determinar porque nos sentimos de una forma u otra y poco a poco va jugando a nuestro favor.

9. Lo mejor está siempre por venir

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Tras meses y meses recorriendo, llega un punto en que temes que ya nada te sorprenda, que no encuentres fascinante las cosas porque has visto tanto que deja de emocionarte como lo habría hecho de habernos quedado en casa. Sin embargo, hemos ido descubriendo un paraíso detrás de otro. Hay infinidad de ellos repartidos por todas partes, paraísos incomparables entre sí. Para nosotros la naturaleza es lo que más nos gusta, no la cambiamos por ninguna ciudad, y sin duda alguna hemos aprendido que lo mejor está siempre por venir.

Dicen que un viaje es lo suficientemente largo cuando te trae de vuelta al punto de origen. Para algunos será más o menos tiempo. Nosotros viajamos un año y 3 meses. Para nosotros viajar ha supuesto derrumbar una vida y empezar otra dónde estamos seguros que andamos como queremos. Lo más importante de todo es que hemos perdido el miedo al riesgo, a abandonarlo todo y a volver a construir. Sin miedo y sin excusas tenemos la certeza de que haremos siempre lo que nos propongamos y no creo que haya sensación mejor que esa.

Ahora estamos de vuelta en casa organizándolo todo para poder mantener nuestras prioridades. Estoy terminando un ebook dónde te explico con detalle que oportunidades presentan los negocios online y cómo puedes hacer para montarte uno acorde a ti. Atentos por aquí y en Instagram, les aviso que vienen grandes aventuras….

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