Volvimos a entrar en Chile pero esta vez lo hicimos miles de kilómetro más al sur. Llegamos a Puerto Varas un pueblo muy pintoresco que nos recordó a Suiza por todo: el clima, las casas de madera y los precios. ¡Qué caro eres Chile!
El paso de frontera fue relativamente simple una fila en Argentina para el sello de salida y una fila en Chile para el sello de entrada. Pero esta vez fue totalmente diferente porque nuestras pertenencias no las revisaron humanos sino un perro labrador negro precioso. Nos hicieron bajar todas las maletas y ponerlas en fila mientras nosotros hacíamos todos fila para que nos sellaran el pasaporte. Mientras estábamos en la fila la chica de seguridad aparece con el perro y le indica por dónde empezar a oler. Revisó cada fila de mochilas tres veces, ella se fijaba dónde el perro había pasado más tiempo y en la última ronda le dejaba una carcasa escondida entre las mochilas, cuando la encontraba recibía su premio. Así entendimos como funciona el entrenamiento de los perros y nos divertimos mucho en un paso de frontera. Nosotros conociendo la obsesión de nuestro perro por los calcetines (limpios o sucios) estábamos seguros que este se pararía en nuestras maletas (hacía mucho que no lavabamos ropa además)….pero estaba bien enseñado para buscar lo que no se puede pasar a Chile, y por ahora la ropa sucia es bienvenida.
Llegamos a Chile con la intención de recorrer la carretera austal en van, un chico que conocimos en Gokyo (Nepal) hace muchos meses nos comentó que no nos podíamos perder esta carretera de su país y así hemos hecho. El problemón surgió cuando vimos que era carísimo y que no íbamos a tener tanto días cómo nos hacían falta. Asi que después de mucho analizar y buscar decidimos que lo partíamos en dos: zona norte y zona sur. Alquilaríamos un coche una semana para cada zona y para pasar de la parte norte al sur cogeríamos un ferry. Esta fue la opción que mejor nos venía de tiempo y dinero después de pasar muchas horas analizando y otros tantos dolores de cabeza. Ahora que la hemos completado hicimos cuentas y nos hemos ahorrado 1000 eurazos haciéndolo así.
Queríamos estar en Puerto Varas unos días y emprender el camino austral pero el hostal dónde nos quedamos era comodísimo, la lluvía no paraba, nos terminamos por poner malos y todo contribuyó para nos quedásemos allí una semanita. Nos vino bien el descanso, yo me puse al día con el trabajo y las reuniones, hicismo alguna caminata a los alrededores y hablámos muchísimo con Phillipe el dueño del hostal.
Cuando haces un viaje de larga duración el cuerpo te pide que pares en ciertas ocasiones y en otras está el efecto ¨hostal secuestrador¨que es de esos sitios en los que estás tan sumamente cómodo que no puedes irte. Te vas a acostar y te despides del dueño y a la mañana siguiente simplemente no consigues irte. Obviamente que tengan disponibilidad es un factor importante pero creo que los gerentes ya van conociendo a los viajeros porque nos ha pasado un par de veces que cuando bajamos por la mañana a preguntar si nos podemos quedar otra noche nos dicen: ¨ Ya te la había bloqueado anoche, porque tenía la sensación que se quedarían.¨
Después de esos días de relax, de recuperación y tras conocer los alrededores comenzó nuestra ruta en coche. Le alquilamos el coche a Mauricio que es todo un personaje. Saben la película Matilda, pues era igualito a su padre y además se dedicaba a casi lo mismo, los coches. ¨José, Eli pasenselo en grande, nos vemos a la vuelta!¨ era un show de hombre y hablaba altísimo.
Isla Chiloé
La primera parada fue una isla del pacífico, bien pegadita a Chile pero muy poco poblada. El paisaje nos recordó a lo que debe ser Irlanda y tuvimos suerte. La temporada aún no había comenzado asi que estábamos prácticamente solo nosotros como turistas lo que nos permitió tener los hostales para nosotros y compartir la vida local como uno más (aunque ellos saben que no somos de ahí cuando nos ven de lejos).
Estuvimos tres días en la isla y volvímos a ¨tierra firme¨no sin antes pasar unas horas de tensión. A la vuelta no se nos ocurrió poner gasolina en el último pueblo por dónde pasamos porque íbamos a tener que coger un ferry y dedujímos que habría gasolinera en alguno de los dos puntos de conexión marítima. Error! Ni uno solo, eran además las 22.00hrs y la próxima estación de servicio 24horas estaba a unos 60 km. La reserva marcaba que teníamos para 70km pero cambiaba según le venía y de repente bajaba a 60 km tras 5 minutos. Ze bajo la velocidad y fuimos sin prisa pero sin pausa y finalmente llegamos…. Aprendimos que hay que poner gasolina, que los funcionarios de los peajes no saben los números de emergencia, que la gasolina aquí se llama bencina y que hay un número dónde te dan el número de todas las gasolineras del país.
Volcán Osorno
Este volcán es posiblemente mi volcán preferido, es imponente, se ve enterito ya que da a un lago y su presencia es asombrosa. Nunca pensé que una montaña pudiese tener ese efecto pero este era impresionante. Además las nubes lo tapan muchos días por lo que tuvimos suerte y el último día que pasamos en Puerto Varas lo vimos y lo subimos. Te enterrabas en la nieva y el vientito cortaba la cara.
Cochamó
En Cochamó nos quedámos en el alojamiento más caro de todo el viaje, pero era tan bonito y tan cómodo que nos dimos el lujo. Era una finca en medio de la montaña, con unas vistazas y dónde además estábamos para no variar solos. La chica estuvo hablando con nosotros muchísmo tiempo, era Suiza pero su pareja era Chileno y su hijo de cuatro años hablaba francés y español. Pasamos un gran rato en su casa, yo conseguí tener una reunión sin ningún corte y seguimos camino para descubrir Hualaihué.
Hornopiren
En el centro de turismo nos dieron unas indicaciones de dónde estaban los senderos y las cascadas y en base al tiempo que teníamos decidimos ir a una cascada que estaba a hora y media andando pasando por una propiedad privada. El chico del centro de turismo nos dijo que saltásemos el portón y que siguiéramos el sendero. Lo que no nos dijo fue que tendríamos que saltar 5 portones, pasar por un campo lleno de toros enormes (solamente nos miraban pero daban yuyu), y escalar pendientes llenas de barro y super resbaladizas. Si nos hubiera avisado habríamos venido con más ganas aún y sin duda la meta fue increíble. Una doble cascada, una laguna turquesa y un río enorme. Los pies y el culo con barro. Volvimos al coche hambrientos, sacamos nuestra cajita con comida y nos montamos el picnic en 5 minutos.
Llegar a Coyhaique
Volvimos a Puerto Varas a devolver el coche y cogímos el bus hasta Puerto Montt desde donde salía el ferry para Coyhaique. Al llegar a Puerto Montt corroboramos porque le dicen a esta ciudad ¨Puerto Mort o Muerto Montt¨ la verdad es que es muy fea, sin ofender. Decidimos pasar por la oficina del ferry para finalizar el pago que no pudimos realizar online y menos mal que fuímos. Al entrar la chica del mostrador nos dice: ¨ José? Vienen a hacer el check in no es cierto? ¨
Nos quedamos incrédulos, cómo se sabía nuestros nombres y a lo que veníamos…..Pues resulta que el barco no salía a la mañana siguiente sino que embarcaríamos esa misma noche porque las condiciones meteorológicas no eran buenas y había atracado en otro punto. Nos regalaban una noche y además nos pusieron en una habitación con baño privado y ventana al mar porque no había casi pasajeros. Nos vino de lujo ahorrarnos esa noche pero tuvimos que estar en un centro comercial unas 6 horas esperando al transfer ya que nos recorgían en la estación de bus a las 23hrs y las zona no era segura.
El ferry resultó ser una maravilla ya que no tuvimos que pensar en dos días. Nos llamaban por megáfono cuando las comidas estaban servidas y a pesar de no haber internet vimos series que teníamos descaragadas, yo trabajé un poquito más y Ze organizó las fotos del viaje que hacía muchísimo que no lo hacíamos.
Ze está teniendo mucha mala suerte con los partidos del Benfica porque caen siempre en los días cuando no tenemos conexión a internet asi que de vez en cuando salía fuera a ver si le llegaba algún whatsapp de sus primos diciéndole cómo iba el partido. Felizmente el Benfica marcó un gol justo cuando tuvo señal y tuve el placer de compartir camarote con la alergía de la huerta tras la tensión del horario del partido!
Llegamos a Coyhaique por la mañana, nos establecimos en el hostal y nos fuimos en busca y captura de los rent-a-car. Nos llevamos una gran sorpresa al constatar que salía el doble que en Puerto Varas (que ya era caro) pero finalmente encontramos uno más barato que el resto y por ese optamos. Fuimos al supermercado rellenamos nuestra caja de supervivencia y de vuelta a recorrer kilómetros de la Patagonia Chilena.
Vaya paisajes, vaya cascadas, los glaciares, los pájaros, las lagunas, el olor a campo puro, las vacas, los miradores…. Una vez más dividimos los días: unos para recorrer el norte y otros para recorrer el sur. Andamos mucho, estamos en el coche mucho y dormimos mucho también. Nuestra dieta es básicamente, yoghurt con avena, pasta con atún, ensalada de tomate y fajitas con queso. El próximo restaurante que se prepare porque lo arrasaremos.
Sur de la carretera Austral
Hacía el sur de Coyhaique en dirección a Cochrane hay varios parques nacionales y muchísimas cosas que ver por el camino. Seguimos con la modalidad de viaje de las últimas semanas. Recorrer kilómetros de carreteras de ripio e ir parando en los distintos puntos de interés.
El Parque Patagonia nos impresionó mucho. El dueño de North Face compró las tierras para asegurar su conservación. La ganadería y pastoreo habían deteriorado mucho el territorio a la vez que lo limitaban por los kilómetros de tiras metálicas que aseguran que el ganado no se vaya.
Fue nuestra primera vez en un Parque Nacional tan desarrollado, y además fue un día especial. 23km, un ascenso de 800m en tan solo 6km. Pronosticaban 8 horas de recorrido y lo hicimos todo en 6 horas, con parada para comer incluida. Los lagos en la cima estaban congelados, el viento era fuertísimo y se veía la inmensidad de todo El Valle de Chacabuco. Además nos pilló lluvia durante la última hora y los pantalones impermeables no aguantaron con la intensidad de agua. Yo (Eli) no quería hacerlo porque no me encontraba muy bien, la verdad es que estaba saturada de caminatas. Pero dijeron que había pumas y no quise dejar a Ze ir solo (no que yo fuese a ser de mucha ayuda…) ni perderme ver un puma. Ze estaba entusiasmado, es unos de los top 5 recorridos para no perderse de Sudamerica! Sabiendo que estaba de ánimo caído, compartió conmigo su chocolate (yo ya me había acabado el mío hacía días…así que me vine arriba enseguida).
Al final no vimos ningún puma, dejamos a un lado nuestra vena competitiva y fuimos juntos todo el camino a muy buen ritmo. Al llegar al coche nos dimos cuenta que ese día hacíamos 5 años juntos y nos sorprendimos: “ ¡solo 5! Parecen muchos más….” si algo hemos aprendido en este tiempo el uno del otro es que para nosotros es importante compartir tiempo, aficiones y chocolate.
Las Capillas de Marmol
Madrugamos y al llegar nos dijeron que un grupo de 4 se habían quedado dormidos y que si no llegaban en 15 minutos no podríamos salir a ver las capillas de mármol porque venía mucho viento y cerraban el lago. Afortunadamente aparecieron unos españoles y conseguimos salir con ellos, los que se durmieron no aparecieron al final. Fuimos hasta las capillas en la barca y al volver nos pilló el temporal. Literalmente surfeamos las olas de un lago glaciar, nos cayó una encima y se nos congelaron los pies y la cara. Íbamos todos agarrados al asiento intentando aguantar las subidas y bajadas, con la risa floja de quien está nervioso, con la adrenalina subida y honestamente con un poco mucho de miedo (en algún momento juro que oí a mi madre diciendo “ que necesidad tienes de hacer esas cosas “). Si te caes al agua solo tienes 5 minutos para salir vivo de lo fría que está. No se cayó nadie y la hora siguiente la pasamos con la calefacción del coche a tope y la ropa colgando de los asientos! Vaya mañana!
Si algo resume la Patagonia a la perfección es la siguiente frase: ¨El que tiene prisa en Patagonia pierde el tiempo¨
Definitivamente ha sido todo un desafío recorrer los tantos kilómetros de carretera austral sin gastar una fortuna y sin estar exhaustos. La música que nos ha acompañado en este viaje nos lo recordará para siempre! Las horas y horas de coche con nuestros enrales, nuestros silencios y nuestras reflexiones en voz alta. Hemos hablado y descrito muchas veces como sería nuestra vida ideal y aunque algunas cosas ahora parecen una locura sabemos que no hay nada que no podamos hacer. Ya lo estamos visualizando el resto es pan comido!
Al regresar a Coyhaique, no sabíamos muy bien cómo íbamos a hacer para llegar a Punta Arenas. Al despertar el coche estaba lleno de nieve, fuimos al centro a comprar los mejores brownies del mundo y a devolver el coche. No es broma lo de los brownies, solamente los hacen Lunes, Miercoles y Viernes y nosotros a pesar de ser martes pasamos porque el Lunes había sido festivo y….TUVIMOS SUERTE! HABÍA BROWNIES.
Resulta que mientras los compramos vimos que la oficina de la aerolínea era en el mismo edificio pero la chica se había ido al aeropuerto porque hoy era día de vuelo. Ze llamó por telefono y ella verificó que aún había hueco y que podíamos comprarlo online. Lo compramos sentados en el banco de la calle con un café y los brownies, fuimos a la oficina del coche y preguntamos si podíamos devolverlo en el aeropuerto. Unas dos horas después estábamos en el aeropuerto esperando a que saliese el vuelo.
Ya sentíamos que estábamos muy al sur en el planeta pero todavía podíamos coger un vuelo de 2horas todavía más al sur. No te pierdas el próximo post dónde te contamos todo sobre el fin del mundo.
Cómo puedes seguirnos:
Diariamente en Facebook e Instagram: iremos poniendo fotos de dónde andamos ese día.
Semanalmente en este Blog: iremos explicando con detalle lo que hemos hecho esa semana. Dónde hemos estado, que hemos visto, cuantos días y cuánto nos hemos gastado.
Sítios lindos e descritos com alma. Aumenta a vontade de ver o que descreves. M. O.