Lima
Estuvimos en Lima dos días, bueno Ze estuvo dos días porque nosotras el segundo nos fuimos a descubrir Las islas ballesta e Ica. Mi hermana después de estar unas semanas trabajando en Colombia aprovechó que ya estaba por este lado del charco y se unió a nosotros. Es la única que nos ha acompañado en esta aventura dos veces y único familiar que se atreve a unirse 🙂 Ser tres nos ha aportado un montón de cosas buenas, ya que tenemos más ojos, podemos dividirnos y además aporta su energía renovada de quien tiene vacaciones y las quiere exprimir al máximo. Ze y yo vamos despacio, viajar forma parte de nuestra vida y del día a día. Hemos ido siempre ralentizando el paso y que Elena se uniera nos ha hecho ponernos las pilas y acelerar.
Por ello el segundo día en Lima Ze aprovechó para descansar y tener un día de vacaciones y nosotras nos metimos en otra paliza de tour. Pero el ratito que pasamos en Lima juntos aprovechamos para hacer el free walking tour (somos adictos a estos tours de las ciudades) y para comer el mejor ceviche que hemos probado hasta la fecha!





Al día siguiente nos recogieron a Elena y a mi, a las 5 am. Tras 3 horas de bus paramos en las Islas ballesta, recorrido en barco, otra ahora de bus hasta Ica, dos horas en el desierto y otras 5 horas de bus de vuelta a Lima!
Mereció la pena! Tanto las islas como Ica fueron experiencias inolvidables y unos paisajes espectaculares! En las islas nos hicieron un tour mientras millones de pájaros nos sobrevolaban! Nos explicaron la importancia del guano y como había sido moneda de trueque durante muchísimo tiempo, vimos estructuras en la tierra que tienen muchísimos años y que no se alteran porque el viento no es directo y el salitre lo mantiene. Un cactus gigante dibujado en medio de una montaña que se divisa desde cientos de metros desde mar adentro. No saben muy bien el significado pero bailan entre que sea una especie de brújula o simplemente una señal adorando a un dios inca.
En el desierto nos subieron a un buggy, fuimos a toda mecha por entre las dunas, subiendo y bajando. Entre la velocidad, los baches, que el buggy quedó enterrado y que cuando mi hermana y yo nos juntamos nos enralamos por nada….pues pueden imaginarse el panorama. Nos reímos muchísimo, descargamos mucha adrenalina y nos divertimos como niños! Tuvimos la oportunidad de bajar dunas con un sandboard. No nos dejaron bajar en pie sino acostados porque ya son innumerables los turistas que se rompen huesos bajando en pie. Intentamos bajar la pequeña de pie, pero las tablas no son buenas y es muy dificil bajar dunas (si piensas como nosotras que será igual que hacer snowboard estás muy equivocado).





Cusco
El día siguiente tocaba avión a Cuzco y empezaba la odisea hacia el Macchu Picchu! Llegamos a Cuzco y nos informaron que había huelga de transportes, que no se sabía lo que iba a acontecer pero que los trenes ya no saldrían desde ahí sino de Ollantaytambo un pueblo a dos horas en coche! Además la compañía de tren no se responsabilizaba de ese trayecto ya que probablemente el bloqueo no permitiese a nadie llegar! Las historias bailaban entre que nos encontraríamos con gente tirando piedras y clavos a quienes intentasen pasar, con otros que decían no se sabe que acontecerá….



Todos con los que hablábamos nos daban una versión diferente, todos en mayor o menor medida hablaban de peligro en ir en las horas centrales de día, nadie sabía realmente lo que iba a pasar ni cuando! Por lo que estuvimos unas horas con bastante estrés, por un lado porque de no poder ir no solo perderíamos la posibilidad de ver el Machu Picchu sino que perderíamos el dinero de la entrada de Machu Picchu y del tren hasta ahí!
Después de mucho preguntar y organizar, nos fuimos un día antes de Cuzco con un coche privado organizado por el hostal cuando la huelga aparentemente había acabado después de unas negociaciones entre el gobierno y los transportistas! Al final nos salió bien la jugada ya que conseguimos coger el tren a precio de promoción y finalmente conseguiríamos llegar al Machu Picchu! Pasamos una noche en Ollantaytambo y después cogímos desde ahí el tren a aguas calientes!
Ollantaytambo nos encantó, es un pueblo pequeño con ruinas alrededor. Muy tranquilo, muy pintoresco y dónde reina la comodidad para todo. Cusco nos dejó un poco saturados, los precios eran altos y había siempre mucha gente.





Machu Picchu & Waynapicchu
Madrugón del bueno, largas esperas y finalmente llegamos al Macchu Picchu! No sólo estaba despejado sino que no había casi nadie en las ruinas cuando llegamos por lo que disfrutamos de unas vistas privilegiadas! Nuestra entrada también tenía el acceso al Waynapicchu que es la montaña del fondo que parece imposible de subir hasta que empiezas poco a poco a andar y vas encontrándote con las subidas de piedras verticales hasta la cima! Fue duro subir, pero las vistas del Valle y de las ruinas son inolvidables!
Es asombroso imaginar cómo construyeron todo aquello, es increíble que a día de hoy no se sepa bien qué es ni qué les paso! Es alucinante ver la cantidad de gente que va cada día ahí!











La tarde la pasamos en posición horizontal, disfrutando de conexión a Internet y durmiendo una buena siesta! Al día siguiente volvimos a coger el tren de vuelta a Ollantaytambo, tuvimos show incluido y fue un enrale extraordinario! Me sacaron a bailar y todo! Pasamos la noche en el pueblo de Ollantaytambo y de vuelta a Cuzco!



El tiempo por lo general está más frío de lo que acostumbra a estar por lo que ir a la montaña del arcoíris no era una buena opción. Pasamos un día relajados en Cuzco, yo recuperándome de un virus de estómago y todos en general bajando un poco el ritmo!
Al día siguiente otro bus de 5 horas y llegamos a Puno!
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