La isla de Koh Lanta no está nada saturada de turistas de hecho muchos de los bares y restaurantes a pie de playa los montan los meses que hace bueno y después se echa a perder todo durante los monzones.
Es una autentica isla paradisíaca que ofrece playas espectaculares y parques naturales con cascadas, ríos y cuevas. Su gente es todo amabilidad y simpatía.
Nos íbamos a quedar unos dos o tres días y acabamos quedándonos una semana. Nos alojamos en un hotel con 12 cabañas en lo alto de una pequeña montaña. Terracita, piscina y vistas al oceano. Estábamos en la gloria después de haber estado en continuo movimiento y aqui el cuerpo nos pidió descansar y aflojar.
Tuvimos ayuda, llovió varios días y fue la excusa perfecta para justificar el no movernos mucho. Fluimos con el ritmo de vida de la isla, desyunábamos en el hotel con la bebé y el gato, cogíamos la moto y recorriamos la isla, íbamos a la otra punta por café, bañito en bamboo beach, comida en alguna terracita, ducha y cenábamos en el restaurante de Malina disfutando de la compañía de Dan.
Yo me estoy despertando muy prontito y esas horas en que Ze aun duerme y está todo el mundo descansando me pongo a trabajar. Adelanto un montón cada día y parece que tengo la concentración, la imaginación y la creatividad a tope. Asi que he aprovechado al máximo el tirón.
Hemos conectado muy bien tanto con los dueños del hotel como con los dueños del restaurante de Malina. Nos ha costado mucho irnos la verdad, estábamos muy a gusto y en el momento de decir adiós a toda prisa nos ha vuelto a dejar un poco descolocados. Ya nos pasó con Ngawang y Meena en Nepal.
Nos despedimos y sentimos que queríamos compartir más, saber transmitir mejor lo que nos han aportado, lo a gusto que nos han hecho sentir. ¿Pero que palabras puedes usar para transmitir todo eso?….es difícil. Ambos lados nos quedamos con una sonrisa en la cara, agradeciendo y llega el temido » hope to see you again» » hope you will come back».
Y uno nunca sabe si volverá y cómo la vida cambiará por eso las despedidas con ciertas personas nos cuestan más que otras. Porque por un lado nos gustaría que durase para siempre y por otro sabemos que todo está en constante cambio.
Koh lanta nos regaló tranquilidad, relax y un ritmo pausado. Nos regaló ataques de risa con Dan y Cris. Nos regaló jugar y poner caras con los bebés del hotel. Nos regaló sonrisas permanentes y duetos recorriendo la isla en moto. Nos regaló algún que otro enfrentamiento con monos…
Descansamos y era justo lo que nos hacía falta.
¡Cumplimos 3 meses!
Estamos de celebración, cumplimos tres meses de viaje. No parecen 3 meses. Hemos hecho tanto y el tiempo ha pasado muy despacio y muy rápido a la vez.
Hemos vivido tantas cosas y hemos pasado por tantos lugares que la memoria empieza a fallar, en mi caso si me preguntas dónde nos quedamos hace dos días probablemente tarde un rato en llegar.

Hemos mejorado notablemente en geografía, nos sabemos los nombres de todos los sitios por donde pasamos. Hemos mejorado notablemente en idiomas, sabemos como se dice hola y gracias en ruso, mongol, chino, nepalés y tailandés. Somos unos cracks comiendo con palillos, no hay arroz, noodles ni trozo de carne que se los resista ya. Hemos desarrollado técnicas avanzadas para ir al baño: cómo sea y dónde sea (con la mochila puesta, a -16grados, en letrina, en western style toilet y en medio de la nada).
Ya dominamos el arte de jugar al Tetrix en los minibuses para que quepan todos y todas las cosas. También dominamos el arte de los silencios que lo dicen todo y las conversaciones animadas que nos llenan de alegría (Ze dirá que yo no domino muy bien lo del silencio, pero que le voy a hacer si soy ¨uma criança feliz¨).
Descubrimos que el truco esta en Saltar cuando más miedo tengas y Moverte cuando más a gusto empieces a estar.
¿Sabes cuando vas a saltar de un acantilado al mar o cruzar un río por un tronco, ese momento justo antes de hacerlo en que te empiezas a poner nervioso y se acelera el corazón? ¿Ese momento en que tu cerebro está analizando la situación y la adrenalina no sabe si darte el empujón que necesitas para que des el paso o no?
En ese momento de «duda y miedo» es cuando tienes que saltar.
Para disfrutarlo, para quitarte los miedos, para sentirte realizado, para disfrutar del logro, para disfrutar del subidón de adrenalina que viene después.
Lo hemos sentido varias veces tanto en las excursiones que hacemos como en situaciones normales. Cuando otros viajeros te invitan a compartir taxi, cuando te invitan a un crucero gratis, cuando no sabes si andar o coger el bus, cuando eres el único turista entrando al bar y se giran a mirarte….entra la desconfianza y se mezcla con el miedo.
Pero con un poco de sentido común ese es el momento en que hemos aprendido a saltar cuando queremos y a decir » thank you but I like walking» » let us think about it, we will let you know later» cuando no nos parece buena idea.
Muévete cuando más a gusto estés porque vienen cosas mejores siempre.
Recargamos pilas en Nepal y en Koh lanta. Fueron nuestros puntos donde regalarnos días de no hacer mucho, no visitar nada… sólo fluir con el día, vivir en un replay del domingo.
Pero hay que moverse cuando más agusto estás porque hay tanto que ver y tanta gente a la que conocer. Toca volver a hacer maletas y darle energía al gusanillo de la incertidumbre ante lo que viene.
Esperamos que los próximos 3 meses sean igual de intensos, de bonitos y de gratificantes.
Estamos muy agradecidos de estar sanos y que nuestros cuerpos nos permitan hacer todo lo que nos pasa por la cabeza y nos apetece hacer, sin sentir limitaciones, sin estar demasiado incómodo. Nos atrevemos y resulta que somos capaces. Hablamos muchas veces de la suerte que tenemos, de haber hecho deporte desde niños, de comer bien, de no haber tenido grandes problemas de salud, en definitiva de no sentir limitaciones y sentirnos muy a gusto en nuestros propios cuerpos. Estos pies nos han llevado más lejos de lo que nunca imaginamos…
Somos muy conscientes de esto aqui, porque hay gente que no se atreve, que no puede por alguna limitación o que ya simplemente no están y se pierden unos grandes espectáculos de la naturaleza.