Nuestra Vuelta al Mundo: Semana 5 ¡Descubriendo Mongolia, atravesando el desierto de Gobi!

Llegamos a Ulan-batar por la noche después de haber pasado en un bus más de 12 horas y 2 horas de trámites en la frontera.
Habíamos leído que en la estación donde nos dejaba el bus había muchos taxis ilegales y que era peligroso coger uno porque podría acabar en nosotros pagando un pastón y pasando un mal rato para que nos devolvieran las maletas. Con esto en mente y ya que había mas mochileros en el bus nos pusimos de acuerdo para coger el taxi juntos.
Llegamos a la estación y había muchísima gente, los carteristas estaban en su salsa con tanta confusión asi que menos mal que teníamos todo en el abrigo interior. Cogimos todos las mochilas y fuimos andando con música de fondo «taxi here taxi taxi taxi here…».
Nos abordó un señor con bigote y chaqueta de cuero: «i have big taxi all in.» Negociamos precio y le seguimos todos pensando si sería un taxi legal o no y si iría todo bien. Abrió la puerta del monovolumen y ahí estaban mirando hacia nosotros la pareja que había estado a nuestro lado en el bus. Ver la cara de esa señora fue como ver el sofa de tu casa después de un día duro. Relajación inmediata y sensación de que todo va a ir bien. Fuimos 8 en el monovolumen, unos encima de otros y el taxista nos dejo a cada uno en su hostal por un precio baratísimo.
Descansamos y al dia siguiente nos dispusimos a ver la ciudad. Nos quedamos sorprendidos de lo grande que era y de como lo tradicional y lo moderno convivían en el mismo espacio. Edificios de oficinas y templos. Buddistas y gente en traje de chaqueta cruzando a la vez el paso de peatones. Gucci, Luis Vuitton y trajes tradicionales paseando por la misma calle.
Hablan ingles muy bien y son muy simpáticos. Una gran sonrisa nos bienvenia siempre y comimos la mejor comida india hasta ahora acompañados de una pareja de polacos y una canadiense (por cierto su trabajo es crear parques de atracciones, es hasta ahora el trabajo mas emocionante que he oído).
Cenamos y nos fuimos a la cama prontito ya que a el dia siguiente comenzaba el tour de 7 dias y 6 noches por el desierto de Gobi.

Gobi

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Cogimos un tour que nos iba a brindar la oportunidad de conocer la verdadera Mongolia. Conocer a los nómadas, convivir con ellos en su Ger y explorar el desierto.
Fuimos en grupo y no hemos podido tener más suerte con la gente con quien compartimos esta aventura. Fuimos con Quan y Jessie, una pareja de americanos que han emprendido una vuelta al mundo antes de asentarse en Singapur (tienen un blog divertidísimo www.sabbattical.com). Hicieron un video genial sobre toda la excursión:
Fuimos también con Rinchen and Nidup una chica de Nepal y una chica de Bután amigas de la infancia porque estudiaron en India y ambas viven en Londres ahora mismo. Las más enraladas y divertidas del lugar. No me había reído tanto hace mucho tiempo.
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Con el tour recorrimos kilómetros de Mongolia en furgonetas rusas, escuchando los últimos hits de música en Mongolia y a 200km por hora. El conductor (Davka) iba a tope y se moría de la risa cuando las cabras dudaban si correr a la derecha o la izquierda cuando aparecíamos.
Carretera de asfalto es un lujazo allí, fuimos dando botes y saltos cada día por carreteras de tierra al más puro estilo de un rally. Pudimos pasear a caballo y camello, comimos comida típica todos los días y disfrutamos de dos duchas calientes en toda la semana. Los baños son unas casetas lejos de los Ger y básicamente es una plataforma de madera con un agujero gigante debajo (como en la película Dogslum Millionare pero mas pequeña). Eso sí, son los baños con mejores vistas del mundo, un cielo repleto de estrellas por la noche y un desierto preciosos durante el día.
Subimos dunas de 300m, andamos por el valle mas frío del mundo y vimos todo el camino caballos, camellos, cabras y vacas andar libremente por la tierra.
Un sueño hecho realidad. Ha sido hasta ahora la mejor experiencia por todo lo que hemos podido compartir con nuestros compañeros de tour y con los locales. Una vida tan diferente a la que estamos acostumbrados, una vida tan llena y tan dependiente de la naturaleza, una vida tan dura por las condiciones climáticas, una vida compuesta por lo verdaderamente importante.
Hicimos el tour con Sunpath Mongolia y no lo podré recomendar lo suficiente. Lo pasamos en grande y vivimos lo que es Mongolia y cómo se vive aquí de primera mano.
Aviso 1: vas a querer ir a Mongolia despues de ver la fotos.
Aviso 2: es un tour exigente ya que hace frio, se come lo que hay, el baño es el campo o la caseta, se recorren muchos km por carreteras muy movidas y con mucho polvo. Si sabes en lo que te metes será sin duda una experiencia inolvidable.
Vamos a echar mucho de menos a este grupo.
Dia 1: salida del Ulanbatar y las montañas Khugnu Khaan.
Llegamos por la tarde al campamento donde la familia de nómadas decidió asentarse para pasar el otoño. En dos horas montaron el Ger donde dormíamos los 6. Fue un día largo de viaje así que andamos un poco, escalamos las montañas y nos fuimos a la cama pronto. Durante la noche hubo tormenta de arena y nuestro Ger no estaba cerrado del todo así que pasamos mala noche todos pero nos hizo mas fuertes y estar mas unidos.
Dia 2: La primera capital de Mongolia, y los templos Buddistas.
Nos despertamos y andamos en caballo antes de ir hasta la antigua capital. Los caballos de Mongolia son una raza especifica que se ha mantenido igual a lo largo del tiempo ya que no han tenido influencia con otras razas. Son caballos pequeños pero muy fuertes y con una capacidad de aguante tremenda.
Tras las murallas de la antigua capital había varios templos Buddistas y algunas ruinas tras el paso del comunismo. La religión es muy importante en Mongolia y siguen la rama Buddista amarilla.
Oimos a los monjes rezar y vimos los templos con una guia que nos iba explicando el significado de todos los detalles.
Esta noche dormimos en un Ger que estaba bien cerrado y dormimos todos como bebes.
Dia 3: Las estepas del Gobi y el cañón en llamas.
Los paisajes, los amaneceres y atardeceres son impresionantes estés donde estés en el Gobi pero en el cañón colorado es un autentico espectáculo. Parece que la montaña esta ardiendo en llamas y la sensación es de estar en Marte.
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Dia 4: Las dunas de Gobi
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El día cuatro fuimos hasta la parte más fría del Gobi donde se encuentran las dunas gigantes. Dormimos con doble saco de dormir, fuimos en camello y nos pegamos la sesión de cardio más brutal que he hecho nunca. Subir los 300m de duna fue difícil y nos llevó un tiempo pero las vistas en la cima hicieron que mereciera la pena. El esfuerzo que requiere llegar hasta ahi nos brindo una sensación de plenitud y de logro indescriptible. Vimos el atardecer y bajamos corriendo como niños, riéndonos y sin control ninguno.
Dia 5: Las ruinas de Ogni y el valle amarillo.
Visitamos las ruinas de Ogni, un lugar que en su tiempo fue uno de los lugares con más templos budistas y monjes de toda Mongolia y que quedó en ruinas tras la purga de Stalin. El lugar es mágico, un silencio que invita a la paz y un río que recuerda lo vital que llegó a ser ese lugar. Las ruinas tienen su encanto claro está pero hubiese sido aun mas bonito si los templos estuvieran en pie y los monjes los habitaran.
Dia 6: Las piedras pintadas y Ducha.
El lujo del dia 6 fue poder darnos una ducha, en las pequeñas cosas se encuentra la felicidad y nosotros salimos con una gran sonrisa de aquel lugar dónde había agua caliente y champú.
Fuimos hasta las piedras pintadas un lugar donde los nómadas encontraron pintadas en las piedras: caballos, águilas, cabras y vacas pintadas sobre las rocas.
Llegamos al campamento prontito y preparamos la barbacoa que pondría el broche de oro final a nuestro tour.
Comimos y bebimos vodka con el equipo del tour hasta que el cuerpo pidió dormir. Esa noche todos dormimos como bebes, será que las noches de Gobi se pasan mejor con unos cuantos chupitazos.
Las estrellas en el desierto son todo un espectáculo y la luna ya ni te cuento. No tenemos fotos, lo disfrutamos boquiabiertos. Fueron las mejores vistas mientras nos lavamos los dientes antes de meternos en el doble saco a dormir.
Dia 7: La estufa blanca y Vuelta a Ulanbatar
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Nos despertamos prontito y fuimos a ver la estufa blanca, una zona donde las rocas juegan con los colores y las formas, donde te das cuenta de lo pequeños que somos en este mundo.
El resto del día lo pasamos en la furgoneta hasta llegar a Ulanbatar donde nos esperaba una cama y un baño. Cenamos en grupo en el Indio dónde empezó todo, nos despedimos de todos con un beso, un abrazo y las ganas de volver a coincidir con ellos en algún momento.
Próxima estación Pequín, la última parada del Transmongoliano, no te lo pierdas.

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Semanalmente en este Blog: iremos explicando lo que hemos hecho esa semana. Dónde hemos estado, que hemos visto, cuantos días y cuánto nos hemos gastado.

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