Nuestra Vuelta al Mundo: Semana 3 ¡Bienvenidos a Siberia!

Hemos completado ya la tercera semana y ya estamos de lleno en este nuevo tren de vida. Nunca mejor dicho ya que vamos en tren a todas partes, hemos recorrido unos 4500 km del Transmongoliano y no hemos salido de Russia. Aún nos quedan unos 2000 km para llegar a Ulan Bator, Mongolia, y otros tantos hasta llegar a Pequín.

Al final de la segunda semana del viaje, empezamos a pensar que igual habíamos planeado estar demasiados días en Rusia. Nos está gustando pero hay una serie de factores que nos empezaron a calar muy a fondo cuando el cansancio y malestar físico empezaron a hacerse notar.

La comunicación es dificil, no hay turistas por ninguna parte (dejamos las avalanchas de asiáticos en Moscú y no hemos visto más que a otros 3 turistas. El que no haya turistas puede parecer una ventaja, pero no lo es cuando nada está preparado para extranjeros y no digo que tengan que hablar inglés ni mucho menos. Me refiero a que es muy difícil encontrar dónde quedarse porque hay 2 hoteles, no se puede reservar por internet y muy pocos sitios dónde comer)

Aún así valoramos la posibilidad de pasar más noches seguidas y recorrer más km de Rusia profunda y llegar a Irkutsk antes. Menos mal que nos ceñimos al plan principal porque habernos saltado Tobolsk hubiese sido una pena enorme.

Con el libro de frases y tirando mucho de Google translator vamos tirando y seguimos conociendo la Rusia profunda. Hemos aprovechado que estamos aquí para empezar a leer ¨Second hand time, the lost of the Soviets¨ de Svetlana Alexiyévich. Dónde hace muchas entrevistas y va explicando un poco la forma de ser de los hombres soviéticos, “En la Unión Soviética nos enseñaban a morir por el país, pero no a ser felices. Nuestra experiencia vital es la de resistirnos a la violencia”, afirma la escritora Svetlana Alexiyévich. Nos está gustando mucho ir descubriendo el porque de esa forma de ser tan rusa y tan diferente a la nuestra.

Kazan:

La ciudad de Kazan nos gustó muchísimo, pedaleamos entre dragones y disfrutamos del ambiente de ciudad.

Ekaterimburg:

Desde Kazan cogimos un tren nocturno hasta Ekaterimburg, unos 800 km hacia el este. Nos pilló el cambio de hora así que llegamos allí a las 13 horas y a las 20 horas salía el siguiente tren con destino Tobolsk. Decidimos que teniendo 6 horas entre tren y tren íbamos a estirar un poco las piernas y comer bien. No vimos mucho de Ekaterimburg pero descansamos que nos hacía falta.

Tobolsk:

Tras una noche entera de tren llegamos a Tobolsk un pequeño pueblo al norte y que pertenece ya a Siberia. En sus tiempos llegó a ser la capital de esta región pero por cuestiones geográficas perdió su poder y se quedó como un pueblito.

La estación de tren está a unos 15 km del centro así que tuvimos que apurar el ingenio para encontrar el bus cierto y bajarnos dónde tocaba. Tobolsk fue el primer sitio al que llegamos sin alojamiento reservado ya que no había casi opciones en booking. Una vez en el centro buscamos entre los pocos que había y nos decidimos por uno. Ze ejerció sus dotes de negociación y conseguimos bajar el precio por noche incluyendo dos desayunos (el de ese día y el día siguiente).

Nos encantó Tobolsk, llena de historia y llena de colores.

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Novosibirsk

Llegamos a Novosibirsk después de pasar 25 horas en un tren. No es tan duro como parece siempre que no tengas a un señor ruso que quiere hablar contigo aun sabiendo que no estas entendiendo absolutamente nada. Él hablaba y nosotros asentíamos. Después adoptamos la estrategia de no mirarle nunca, porque desde que tus ojos lo miraban y el se daba cuenta empezaba otra vez. Se veía que era simpático y que tenía mucho que contar, una pena que no nos entendieramos la verdad.

En Novosibirks íbamos a pasar el día ya que por la noche de vuelta al tren, así que aprovechamos para pasear y estirar las piernas todo lo que pudimos. Vimos el centro, la plaza del teatro (más grande que el Bolshoi, por cierto) y entramos en el museo de Nicolas Roerich por dos razones:

  1. Hizo una expedición por Asia Central y su ruta era complicadísima (Sikkim, Cachemira, Ladak, China (Sinkiang), Rusia , Siberia, Altái, Mongolia, Tíbet, por las regiones no investigadas de Transhimalaya) entre marzo de 1925 a mayo de 1928.
  2. Creó ¨El Pacto Roerich¨ que tiene una importancia educativa muy grande. «El Pacto por la protección de los tesoros culturales no es necesario únicamente como un instrumento oficial, sino, más bien, como una ley de instrucción, que desde los primeros días escolares inspire en la joven generación las nobles ideas sobre la preservación de los valores auténticos de toda la humanidad», — decía Nikolái Roerich.

Aquí les dejamos algunos de los cuadros de su expedición, no se aprecia nada en las fotos pero son de verdad súper bonitos.

 

Krasnoyarsk

Para llegar a Krasnoyarsk pasamos otra noche en el tren, esta vez con dos niños pequeños y su madre. Han sido hasta ahora los mejores compañeros de viaje: nos dieron skittles, galletas y hasta nos hicieron un show de gimnasia masculina colgándose de los asientos como si fueran paralelas.

Llegamos a la estación tempranito, cogimos un bus hasta dónde está el hostal y ¡sorpresa! en el hostal todos hablan inglés. Que gustazo. Hace mucho frío pero aquí predomina la naturaleza ya que la ciudad está entre montañas. Tenemos día y medio en Krasnoyarsk antes de que salga el tren hacia Irkutsk así que hemos recargado pilas y nos hemos dado una buena ducha. Tanto tren nocturno hace que valores mucho una buena ducha y tener espacio personal 😉

 

 

No te pierdas la semana 4 ya que la empezamos perdiendo el tren a Irkutsk…..

 

Cómo puedes seguirnos:

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Diariamente en Facebook e Instagram: iremos poniendo fotos de dónde andamos ese día.

Semanalmente en este Blog: iremos explicando lo que hemos hecho esa semana. Dónde hemos estado, que hemos visto, cuantos días y cuánto nos hemos gastado.

 

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